
...Pero resistí la tentación y procuré vivir aquel momento hasta el final, descubriendo que no hay nada peor que sentir que a nadie le importa el hecho de que existamos o no, que no les interesan nuestros comentarios sobre la vida, que el mundo puede seguir girando PER-FEC-TA-MEN-TE, sin nuestra presencia incómoda...
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