
De hoy en adelante soy Anna Cecilia Apodaca de Coelho...
Tiene lo suyito este pelón, ahí donde lo ven...
"Lo hacían todo de manera automática, sin comprender el momento mágico que trae cada día, sin pararse a pensar en el milagro de la vida, sin entender que el minuto siguiente puede ser el último sobre la faz de este planeta..."
-Y si tenía que morir hoy, a pesar de todo lo que había ocurrido en mi vida, a pesar de mis derrotas, de su desaparición, de las injusticias que había sufrido o que había hecho sufrir a otros, había permanecido vivo hasta el último minuto y con toda seguridad podía afirmar:
"El día ha sido bueno, la noche puede llegar."
"Embellece tu vida con pensamientos y con palabras. Trata tú mismo de descubrir cuáles han de ser los pensamientos que te embellezcan la vista y que, al convertirse en palabras, ofrezcan esta belleza a otros."
El día en que el hombre permita que el verdadero amor surja, las cosas que están bien estructuradas se transformarán en confusión y harán que se tambalee todo aquello que pensamos que es cierto, que es verdad...
Dante.
El amor es una fuerza salvaje. Cuando intentamos controlarlo, nos destruye. Cuando intentamos aprisionarlo, nos esclaviza. Cuando intentamos entenderlo, nos deja perdidos y confusos.
Esta fuerza está en la tierra para darnos alegría, para acercarnos a Dios y a nuestro prójimo: y aún así, de la manera que amamos hoy, tenemos una hora de angustia por cada hora de paz.
Y derrepente en medio de la nave central, me doy cuenta de algo muy importante: la catedral soy yo, es cada uno de nosotros. Vamos creciendo, cambiando de forma, nos abordan algunas debilidades que deben ser corregidas, no siempre escogemos la mejor solución, pero a pesar de todo seguimos adelante, intentando mantenernos erguidos, correctos, de modo que honremos no a las paredes, ni a las puertas o ventanas, sino al espacio vacío que está allí dentro, el espacio en el que adoramos y veneramos aquello que nos es querido e importante.
Sí, somos una catedral, sin duda alguna. Pero ¿qué hay en el espacio vacío de mi catedral interior? Él, el Zhaír...
Lo llenó todo. Es la única razón por la cual estoy vivo.
-Fué para recordar que todos los días necesito reconstruirme a mi mismo y para aceptar- por primera vez en toda mi existencia- que amo a un ser humano más que a mi mismo.